No es Samara, es mi melena después de ser mutilada |
Cuando era más chica mi familia siempre me llevaba a la peluquería, odiaba que me tocaran la cabeza personas desconocidas sobre todo porque yo siempre tenia un nido de pájaros en el pelo y ellos tenían muy poco cuidado a la hora de tener que desenredarme ese ecosistema que se me había formado en la cabeza. Un día incluso me tuvieron que agarrar de a dos peluqueros para acabar con todos esos nudos, mi abuela no podía dejar de reírse mientras observaba todo y yo por supuesto estaba maldiciendo para mis adentros.
Ahora que puedo cortarme las mechas yo sola me siento en paz conmigo misma incluso si meto la pata total, como dijo mi abuela cuando me llevo a cortarme el cabello por encima de los hombros, el pelo crece.
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