jueves, 24 de marzo de 2016

Huír

Mi felicidad por haber concluido una etapa y comenzado una nueva duro menos de un día, me di cuenta que a pesar de todo sigo atrapada en el mismo lugar.
   Como una nena chiquita entre llantos coloque el teléfono en mis manos y marque el único número de la persona que más confío: mi mamá.
Ella estaba feliz por mi llamada pero yo.. yo estaba avergonzada. Con un sentimiento de arrepentimiento terrible por romper su felicidad con mis preocupaciones y miedos, le conté como me sentía con una voz apenas audible.
Estaba desesperada, quería escapar pero no tenía a donde ir más que a las calles -no soy el tipo de personas que podría aguantar esa situación por mucho tiempo- y, además, mi vieja estaba demasiado lejos como para ayudarme.

¿Cuantas personas habrán pasado por lo mismo?

kuroyuki:

unbenannt by c.lemon on Flickr.
No estaba sola, mi familia estaba conmigo en la distancia pero aún así...
no tenía a donde ir....
no tenía nada...

Pedir ayuda, creo que fue lo más sensato que hice
porque incluso aunque mi mamá no pudo ayudarme en mi situación, me calmo. Ella estaba escuchándome y me ayudo a tranquilizarme, a tener la mente más clara y sobre todo a no sentirme sola.
Al principio me sentía avergonzada pero ahora me doy cuenta que saber pedir ayuda es también parte de crecer.  Todavía soy joven pero estaba intentado, desesperadamente, crecer de golpe.

Mientras escribo esto... todavía no encontré un lugar al que pueda llamar "hogar" pero, ¿saben? pienso que, tal vez, el hogar no es un espacio físico sino un sentimiento y que, por lo tanto, no tengo que sentirme sola.
Porque al huir de un lugar también está la posibilidad de acabar en uno peor.

Ahora lo que tengo que hacer es pensar en como salir de donde estoy, pero con una mente más fría y un alma más fuerte.

Mi hogar va a estar en donde sea que vaya.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Shiny Red Star